El inventor del cubo de Rubik fue el húngaro Erno Rubik, que se convirtió en una autoridad en el mundo de los juguetes prácticamente sin buscarlo. La creación del invento se llevó a cabo de la mano de Erno Rubik, un profesor de arquitectura y escultor de origen húngaro. Para descubrir sus orígenes tenemos que viajar hasta mediados de los años 70, tiempo en el cual Rubik estaba trabajando en Budapest, enseñando a los alumnos del futuro en lo vinculado con las artes y los oficios.
Para resolver el cubo Rubik, primero la superior, luego la central, y por último la inferior. Con un poco de práctica el cubo de Rubik se puede armar en menos de 2 minutos , y con mucha práctica incluso se puede bajar de 30 segundos.
Ese simple rompecabezas que alguna vez hemos utilizado, ayuda al desarrollo cerebral a través de esta gimnasia mental.
Una de las capacidades más curiosas del ser humano es la reacción ante cualquier problema que se presenta en la vida inesperadamente, por ejemplo, un accidente, una situación de emergencia o cualquier otra no prevista. Nos hace actuar de forma rápida y muchas veces descuidada, arrepintiéndonos posteriormente de dicha reacción.
La práctica regular de este juego prepara la mente para procesar información de una manera más lógica y rápida, buscando soluciones más eficaces. Jugando con un cubo de Rubik y sin saberlo, estamos analizando las distintas posibilidades para construir, mediante giros, el resultado del cubo,lo cual consiste en establecer el color de una sola cara. Asimismo, practicando de una manera lúdica, ubicando una cara , dos...todo el cubo, da igual; el propósito es hacer ejercitar al cerebro.
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